Ignacio Rumbero
La cocina como cuenta de resultados

En el calendario personal de Nacho viene marcado el día en que la picadura de un bicho desconocido le hizo dar un brinco para abandonar sus avanzados estudios en economía y caer en la cocina. "Para paliar esos síntomas, el único remedio es escucharse a uno mismo", alguien cercano le recomendó. Y en Nacho ese eco era ensordecedor.
Nacho posee una serenidad casi imperturbable, es paciente, humilde… Unos atributos que si bien valen para andar por la vida más aún revisten de calidad el oficio de un cocinero.
En un mundo tan repleto de emociones fugaces, Nacho en los fuegos nos inculca la cocina como una provechosa herramienta para retener el tiempo. Merece mucho la pena comprobarlo.
Por suerte para nuestra gastronomía Nacho atinó al atender aquel eco interior… La economía ya anda sobrada de gurús. ¡Qué la zurzan!